Entrevista con el ganador del premio que lleva el nombre del poeta
JUAN CRUZ 23 FEB 1979
El ganador del Premio internacional Antonio Machado, el profesor francés Bernard Sesé, profesor del Departamento de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos de la Universidad de La Sorbona, considera que la aportación más importante que Machado ha dado a la poética española contemporánea «ha sido su consciente despojamiento de toda retórica del lenguaje, en un camino hacia el rigor, hacia la austeridad. En ese sentido, la de Machado ha sido una lección estética y espiritual. Es un modelo que pueden seguir las nuevas generaciones literarias».
Como ya informó EL PAIS, Bernard Sesé recibió el pasado domingo, en Colliure, el mencionado premio, por su obra Antonio Machado (1875-1939). El hombre. El poeta. El pensador, que será editada en otoño en España por la Editorial Gredos. “El proyecto de mi trabajo de investigación -dijo el profesor Sesé a este periódico- era el de rendir cuentas de los diversos aspectos de la obra y de la vida de Antonio Machado, analizar sus interacciones y su dinamismo múltiple. Creo que existe una correlación ineludible entre las diversas facetas de Machado. Su obra poética, periodística, filosófica o dramática no puede desligarse del valor ético y simbólico de la personalidad humana de este escritor.»
La temática secreta de su obra
Bernard Sesé, que une a su condición de profesor de Universidad y traductor de la producción principal de la poesía española contemporánea su dedicación al psicoanálisis, somete a reflexión en este libro, «más allá de la historia y de la biografía, la estructura de la temática secreta de la obra» de Antonio Machado. Para hacer su estudio, Bernard Sesé ha analizado lo que los críticos de Machado han dicho de las distintas fases de la escritura machadiana. «Hay divergencia de opiniones. Nadie está de acuerdo sobre qué obra representa la más bella expresión de su genio. Unos prefieren Campos de Castilla, Soledades, los poemas anteriores a la guerra civil. Para otros lectores, la creación de Juan de Mairena y los ensayos publicados en los periódicos suponían lo esencial de Antonio Machado. Estas contradicciones en las apreciaciones críticas de Machado pueden señalar una dirección para una interpretación más exacta. Para mí la obra de Machado representa una entidad que no se puede magnificar sin dañar un aspecto esencial de su dimensión humana y espiritual, a pesar de los aspectos dispares y heterogéneos de que se compone.»
Antonio Machado es fundamental, dice el profesor Sesé, «para entender el paso del modernismo a la manera de Rubén Darío a la estética de 1927». En este sentido, Jorge Guillén reconocía en 1956 a Antonio Machado como el valor primordial de la España de su época, recuerda Bernard Sesé.
La generación de 1950, señala el profesor Sesé, «recogió otros aspectos de la figura machadiana. Sus representantes se fijaron menos en los aspectos estéticos de Antonio Machado y buscaron, en su voluntad por volver al intimismo poético, a un Machado que no vieron los de la generación del 27».
Hay todavía más interpretaciones de la obra de Antonio Machado, dice Bernard Sesé. «En una reciente apreciación crítica se aseguraba que la poesía de Antonio Machado era la expresión más lograda de los valores decimonónicos. Yo estoy en desacuerdo. Creo que Machado utiliza unos valores cuya vigencia sigue existiendo. El autor de Campos de Castilla une a su ejemplaridad personal una expresión poética adecuada. El conjunto de sus ensayos y de sus poemas tiene un sello de profunda autenticidad humana que hoy siguen produciendo un impacto muy profundo en los lectores, aunque, como es obvio, el lenguaje actual no es el mismo que el que se aceptaba y utilizaba en 1936, por ejemplo.»
Bernard Sesé estudia la obra de Antonio Machado también desde el punto de vista de su experiencia en el psicoanálisis. Está convencido de que los grandes creadores, Machado entre ellos, viven pendientes del influjo de la inspiración, sin cuya inconsciente aparición el poeta se siente seco. Bernard Sesé cree que este caso es obvio en el Machado de Nuevas canciones.
Influencia familiar y educación
La influencia familiar es también importante en la obra de Antonio Machado, señala Bernard Sesé. La penuria de la familia del poeta y otro aspecto capital, su educación en la Institución Libre de Enseñanza, hicieron de Machado un hombre austero, tolerante, respetuoso del trabajo. Esas bases y la incertidumbre con respecto a cuál debía ser su destino personal, su camino, marcan para siempre la obra y la vida de Machado, que murió en Colliure hizo ayer cuarenta años. Antonio Machado está en la tradición de los poetas españoles que sienten una gran atracción por artes distintas, y en este sentido aparecían en la obra de Machado varios poemas con valores plásticos notables, dice Bernard Sesé. «Se puede recordar a este respecto que el hermano de Machado, José, era pintor. Como él, Antonio tomaba apuntes de la realidad y los trasladaba a sus versos. Un ejemplo de ello fue su poema Al olmo seco.»
Esa obsesión por el paisaje, dice Bernard Sesé, no era nueva en la poesía española, por supuesto. «Me parece que hay una continuidad, que sale de Bécquer o Rosalía de Castro y sigue en las generaciones posteriores. No hay obra literaria que no esté en la tradición literaria.» Lo que hace cada poeta, a su vez, es inventar de nuevo la realidad, con su óptica, de modo que, en el caso de Machado, lo que es válido para él no es válido para otro, y viceversa.
"Hacia la conciencia"
Cuando Bernard Sesé recibió el pasado domingo el Premio internacional Antonio Machado, pronunció unas palabras en las que recordó una frase del propio Machado sobre Miguel de Unamuno: «Es un maestro, en suma, alma a los cuatro vientos que en todas partes deja su semilla. Para Bernard Sesé, esa misma sentencia vale para la repercusión de Antonio Machado, un poeta cuyo destino vital y poético se resume, también, en otras palabras del poeta muerto en Colliure: «Hacia la luz; hacia la conciencia.
http://elpais.com/diario/1979/02/23/cultura/288572405_850215.html
Un Poeta del pueblo
EL PAÍS 23 FEB 1979
Antonio Machado es un poeta del pueblo porque, como éste, se acerca a lo esencial, en lo político y en lo humano, dijo ayer Enrique Tierno Galván en un homenaje que la Fundación Pablo Iglesias le dedicó en el Club Pueblo, de Madrid, al autor de Campos de Castilla. En el mismo acto, los actores Nuria Espert y José Luis Pellicena leyeron poemas significativos de Machado. En la sala había escritores y artistas que han colaborado en una exposición colectiva dedicada al poeta y que permanece abierta en los mismos locales. Asistieron al homenaje también los socialistas Alfonso Guerra y Javier Solana. Tierno Galván, candidato del Partido Socialista Obrero Español al Congreso y aspirante a la alcaldía de Madrid, empezó pidiendo al público que entendiera que el que abría no era un acto electoralista. Es, simplemente, un acto cultural, dijo, sobre un poeta que es del pueblo, porque buscó lo esencial. Un poeta político porque también en la política se busca lo fundamental. El pueblo, afirmó, «es lo esencial de lo político».
Habló poco de Antonio Machado Enrique Tierno Galván, que disertaba bajo un retrato de juventud del autor de Soledades. Dijo que Machado era, como todo poeta, un escritor que se debatía en la dialéctica de lo aparente y de lo fundamental.
Ese debate entre lo aparente y lo fundamental es la clave de la gran poesía, dijo Tierno. Y también es la clave para llegar a la cultura y con ella transformar el mundo. Hay que huir de los que tratan de maleducarnos, afirmó Tierno, diciéndonos que las apariencias no engañan. Eso es lo que dicen los cultos barbarizados, que vuelven e intentan hacernos volver al primitivismo de la violencia. Hay que cultivar la cultura, utilizando la sabiduría popular. Por ese camino llegó Enrique Tierno Galván a identificar al pueblo y a Machado en la misma lucha por conseguir definir y aprehender lo esencial.
Se adhirieron al acto presentado por Tierno, entre otros, los poetas Jorge Guillén, Vicente Aleixandre y José Bergamín, que no pudieron asistir. Conmemoraciones similares tuvieron lugar en Sevilla, lugar de nacimiento de Antonio Machado; en Soria, en el instituto que lleva su nombre y ante la tumba de su esposa Leonor Izquierdo, y en institutos de Segovia, donde fue profesor.
http://elpais.com/diario/1979/02/23/cultura/288572402_850215.html
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