Antonio Machado vs. Espasa-Calpe *
(Antonio Machado, Poesías completas, ed. de Manuel Alvar,
Madrid, Espasa-Calpe, 1997, Colección Austral)
Antonio Machado en Espasa-Calpe
Antonio Machado tiene una larga tradición de publicaciones en Espasa-Calpe. Ya en 1919
publicó la segunda edición de Soledades, galerías y otros poemas en la editorial Calpe, en la
colección Universal, notable predecesora de la colección Austral. J. Deleito y Piñuela decía
en su reseña de la colección Universal publicada en La Lectura (n.o 239, noviembre 1920:
264-66):
Es positivo y excepcional el servicio que está prestando a la cultura española la casa Calpe
con sus medios poderosos de acción y divulgación científica y literaria [...].
La colección Universal es la más rica, variada y numerosa de las varias bibliotecas que da
a luz la casa Calpe, y por su índole popular, de divulgación, tanto como por su baratura,
es una digna continuadora de aquella Biblioteca Universal que inició al gran público en
el conocimiento de los mejores autores clásicos y modernos. Sólo que ésta de Calpe ofrece
mayor modernidad en su espíritu y su factura, presentando un tipo de libro manuable, li-
gero, elegante y de impresión clara y cuidadosísima, que aventaja en mucho a su precur-
sora.
La colección Universal, desde su aparición, en julio de 1919 [...], viene publicando veinte
números de unas cien páginas cada mes, a cincuenta céntimos número [...]. Así ha dado
al público en esos 16 meses la enorme suma de 320 números, que componen 134 obras
completas. [...]
La editorial cuenta con un cuerpo de excelentes traductores, que dan a los libros extran-
jeros puestos en castellano la impresión de ser originales, y con escritores expertos que
han revisado, depurado y anotado las obras clásicas de la colección.
Se extiende Deleito y Piñuela en la descripción de los autores y títulos publicados en la
colección Universal. Casi al final de su reseña menciona a Machado: «De nuestros poetas
modernos sólo figura hasta ahora Antonio Machado, con Soledades, galerías y otros poe-
* Artículo publicado originalmente en Ínsula, 622, octubre 1988, pp. 26-27, en el número mono-
gráfico «Austral: un capítulo en la historia de la cultura».
Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado, 1999
1
mas.» El librito de Antonio Machado fue, pues, de los primeros en aparecer en la colec-
ción, con el número 27, y se vendía al precio de 30 céntimos (85 páginas). Hacia 1920 se
haría una nueva edición del libro, con los mismos datos en portada y el mismo contenido,
pero impreso en los Talleres Calpe (93 páginas), y con el precio de 50 céntimos.1
La colección Universal se prolongaría hasta los años de la República, pero antes los herma-
nos Machado publicarían otro tomo en la misma colección (entonces ya de la empresa Es-
pasa-Calpe): la tragicomedia Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel (1928, no 1.046-
1.047; publicada ahora en la colección Austral, junto con Juan de Mañara, en edición de
Dámaso Chicharro Chamorro).
Antonio Machado publicó en Espasa-Calpe tres de sus cuatro ediciones de Poesías comple-
tas: la segunda edición en 1928, la tercera en 1933 y la cuarta —y última en vida de Anto-
nio Machado— en abril de 1936. Poco después de esta cuarta edición —y poco antes de
estallar la guerra— apareció también en libro en la misma editorial Juan de Mairena. Por
último, ya en plena guerra civil, en 1937 publicó en la editorial el libro La guerra (1936-
1937), con dibujos de José Machado.
Las ediciones de Poesías completas de Espasa-Calpe mantuvieron el diseño tipográfico esta-
blecido por Juan Ramón Jiménez en la primera edición del libro publicada por la Residen-
cia de Estudiantes en 1917, es decir, títulos de las poesías en versalitas y entre paréntesis,
etc. Es de destacar la elegante tipografía de estas ediciones de Poesías completas. La cuarta
edición, de 1936, además de ser la editio prínceps para las poesías completas de Machado,
destaca por su cuidada publicación: sólo 23 erratas evidentes he contado en esta edición,
porcentaje bajísimo que creo no ha sido mejorado por ninguna otra edición posterior de
este libro. Baste la comparación con las 53 erratas de las Poesías completas (1936) de la
edición de Macrì (1988)2 que es, no obstante, una de las ediciones de las Poesías completas
mejor corregidas tipográficamente y con menos erratas entre las publicadas en España des-
pués de la guerra (hay una edición de las Poesías completas, no voy a mencionar cuál, pero
de 1982, en la que conté la friolera de 126 erratas —alguna de tanto bulto como faltar
versos enteros—, además de otras tantas correcciones del editor, buena parte de ellas por lo
menos discutibles). Ya dijo Machado, en carta a Juan José Domenchina, que si las erratas
son la salsa de los libros, en poesía habría que servir la salsa aparte. Recomendación que
parece no va con los editores españoles.
1
Una exhaustiva descripción bibliográfica de los libros de Antonio Machado puede verse en
Jordi Doménech, «Ediciones de Antonio Machado (1903-1938)», Abel Martín. Revista de estudios
sobre Antonio Machado.
2
Antonio Machado, Poesías completas, edición crítica de Oreste Macrì con la colaboración de
Gaetano Chiappini, Madrid, Espasa-Calpe / Fundación Antonio Machado, 1988.
2
Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado, 1999
En torno a Poesías completas
Después de este excursus entre bibliográfico y pintoresco, vamos a las Poesías completas de
Antonio Machado (de 1917, 1928, 1933 y 1936). Lo primero que hay que decir de las Po-
esías completas es que es un libro con entidad propia, y como tal hay que considerarlo, y no
como una mera recopilación de libros publicados anteriormente, por más que los títulos de
algunas secciones en las que se divide el volumen coincidan con los títulos de libros suyos
anteriores. Esto parece tan obvio que incluso da vergüenza decirlo.
Lo segundo que llama la atención es el propio título: Poesías completas; título abstracto y
aparentemente anodino, pero que sin embargo dice mucho sobre el libro y sobre las inten-
ciones poéticas de Machado en 1917. Hoy en día estamos acostumbrados a que alguien,
incluso aún joven, reúna en un tomo sus obras completas. Pero que alguien, en 1917, a sus
apenas 42 años de edad, publicara un tomo de Poesías completas, era algo insólito. He revi-
sado la bibliografía entre 1900 y 1917 y no he hallado un caso similar. La conclusión que
se deriva de aquí cae por su propio peso: de algún modo, con sus Poesías completas Antonio
Machado dio carpetazo a su actividad poética. Esta conclusión es coherente con el fracaso
de su proyectado libro Tierras de España y con el complejo devenir de Machado en los difí-
ciles años que van de 1912 a 1917.3
Una confusión de la crítica machadiana, que ya parece crónica, es tomar como ediciones
«definitivas» de los libros de Machado las correspondientes secciones homónimas de las
Poesías completas (1936). Desde Soledades. Galerías. Otros poemas (1907) a Nuevas cancio-
nes (1924), pasando por Campos de Castilla (1912), tradicionalmente los editores de Ma-
chado no publican estos libros tal como aparecieron, sino las secciones homónimas de Po-
esías completas (1936). Recientemente, Geoffrey Ribbans, por ejemplo, en su por otra par-
te excelente edición de Campos de Castilla,4 aunque ha tenido el buen criterio de rotular el
libro Campos de Castilla (1907-1917) —señalando así de entrada que lo que se publica es la
sección «Campos de Castilla» de PC4, cosa que no han tenido la amabilidad de indicar has-
ta ahora los editores de los libros de Machado—, afirma sin embargo que no discrepa con
el juicio que considera la sección «Campos de Castilla» de PC4 como el «texto definitivo»
de este libro. Francamente, creo que sería muy difícil fundamentar ese tipo de considera-
ciones. Para empezar, no recuerdo que Antonio Machado afirmara nada en este sentido.
Podrá parecer obvio, pero salvo en el caso de que Antonio Machado hubiera dicho otra
cosa, en principio no hay más «texto definitivo» de Campos de Castilla, como tal libro, que
el de la edición de 1912; ni de Nuevas canciones que el de 1924, etc., etc. Otra cosa son las
3
Véase Jordi Doménech, «Sobre la publicación de Campos de Castilla», Ínsula, 594, junio 1996,
y «Más sobre Tierras de España, de Antonio Machado», Ínsula, 606, junio 1997. Cf. también mi
artículo en preparación, «Poesías completas (1917) de Antonio Machado: cementerio de proyec-
tos», en el que paso revista a la historia de la publicación de aquel libro y a los críticos años de
1912-1917.
4
Antonio Machado, Campos de Castilla (1907-1917), edición de Geoffrey Ribbans, Madrid, Cáte-
dra, 1997.
Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado, 1999
3
exigencias editoriales que, evidentemente, no pueden publicar la menguada edición de
1912 de Campos de Castilla (que daría poco más de 68 páginas si se publicara en formato
de edición corriente). Pero ese inconveniente tiene otras soluciones que las de tomar el
rábano por las hojas.
Todas estas cuestiones podrán parecerles a más de uno nada más que sutilezas filológicas,
pero todavía en 1982 Antonio Fernández Ferrer5 reseñaba casi como primicia, como quien
ha descubierto la Luna, el contenido exacto de la edición de 1912 de Campos de Castilla:
sólo 18 poesías, y no las 56 poesías de la sección de 1936 a las que estaba habituado el
lector del libro de Machado; y si Fernández Ferrer dedicaba buen número de páginas a des-
cribir el contenido del libro de 1912 es porque la mayor parte de lectores ignoraba dicho
contenido, y si lo ignoraba es gracias a la ausencia de «sutilezas filológicas» con que se han
venido publicando incluso las obras de nuestros clásicos.
La edición de Austral
En su edición de las Poesías completas publicadas en la colección Austral,6 Manuel Alvar ha
tenido el acierto de seguir la edición de Macrì. Ya se ha dicho que la de Macrì es, por lo
que toca a erratas, una de las ediciones más limpias de las Poesías completas de Machado, y
Manuel Alvar ha corregido en la suya los escasos gazapos que deslucían aquélla (aun así, se
ha deslizado alguna errata de la edición de Macrì, como en la CLXI xcvii, «Cuida de que no
se entere / la cucaña seca / de tus ojos verdes», en lugar de «de tus hojas verdes»). Ahora
bien, la edición de Austral mejora infinitamente las publicadas anteriormente en la misma
colección, e incluso la de Macrì, y es, hasta donde he podido comprobar, la más fidedigna
con que cuenta el lector de Machado, cosa que sin duda es de agradecer en una edición
destinada a la más amplia difusión.
La parte más floja de la edición de Austral es la de las tradicionalmente mal llamadas «poes-
ías sueltas», es decir, de las no recogidas en PC4. Manuel Alvar sigue aquí también la edi-
ción de Macrì, aunque reordenando el conjunto. Mala guía ha seguido el editor en esa par-
te. La sección de poesías dispersas de Macrì es ciertamente confusa y hasta caótica en mu-
chos lugares, quizá debido al hecho de que Macrì no vio los originales donde se publicaron
esas poesías (revistas, periódicos...), tomándolas de republicaciones posteriores de otros
críticos y editores, con todos los problemas que ello conlleva. Para rematarlo siguió el cri-
terio, desacertado, de dar prioridad a lo recogido en el cuaderno de «Los complementarios»
sobre lo publicado en revistas, olvidándose de que aquel cuaderno es un simple borrador, y
con el resultado de desmembrar algunas interesantes series de poesías (como las publicadas
5
Antonio Fernández Ferrer, Campos de Castilla. Antonio Machado, Barcelona, Laia, 1982, Guías
Laia de literatura.
6
Antonio Machado, Poesías completas, edición Manuel Alvar, Madrid, Espasa-Calpe, 1997, Co-
lección Austral, 33.
4
Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado, 1999
en Los Lunes de El Imparcial o la revista Alfar), de las que Macrì da la versión del cuaderno
de apuntes, y no la serie efectivamente publicada, que además queda huérfana.
Mayor problema ofrecen las poesías de la guerra, muchas de ellas republicadas fuera de
España después de la muerte de Machado con notables enmiendas, y ésas son las versiones
que desafortunadamente tomó Macrì para su edición. V.gr.: la poesía «A Rusia», publicada
en Liberación, 20 diciembre 1937, cambió su título por «Voz de España. A los intelectuales
de la Rusia soviética» en una Antología de guerra publicada en La Habana, en 1944, de don-
de la tomó Aurora de Albornoz y de ella todos los editores posteriores; la poesía titulada
«Canción» y publicada en Madrid. Cuadernos de la Casa de la Cultura, mayo 1938, nunca
llevó título más que en la versión de Romance, México, 1940; la famosa poesía «El crimen
fue en Granada», entre los muchos periódicos donde fue publicada, Macrì tuvo la mala
fortuna de tomarla de la edición de Emilio Prados, único lugar donde figura con una la-
mentable errata, en el v. 32: «Se le vio caminar...», en vez de «Se les vio caminar...»; «Medi-
tación del día», publicada en el libro de Antonio Machado La guerra, no es título de la po-
esía, sino del texto en prosa que la poesía encabeza; etc., etc.
Completa el libro de Poesías completas de la colección Austral un interesante «Apéndice» a
cargo de la profesora María Pilar Celma, que incluye una sección de «Documentación com-
plementaria», una cronología y un «Taller de lectura». María Pilar Celma ha tenido el acier-
to de abrir la documentación complementaria con la sublime e impresionante semblanza
de Machado que escribió Juan Ramón Jiménez, sin exageración la mejor página escrita en
castellano en ese siglo.
En apretada conclusión, el lector tiene en sus manos una edición del libro Poesías comple-
tas (1936) de Antonio Machado notablemente fidedigna, muy cercana a un facsímil de la
cuarta edición, que no es poca cosa, con un útil «Apéndice», y una sección de poesías dis-
persas que esperan aún pacientemente su editor.
Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado
Fecha de publicación: 1999
URL del documento: http://www.abelmartin.com/critica/domenech_EC.html
Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado, 1999
publicó la segunda edición de Soledades, galerías y otros poemas en la editorial Calpe, en la
colección Universal, notable predecesora de la colección Austral. J. Deleito y Piñuela decía
en su reseña de la colección Universal publicada en La Lectura (n.o 239, noviembre 1920:
264-66):
Es positivo y excepcional el servicio que está prestando a la cultura española la casa Calpe
con sus medios poderosos de acción y divulgación científica y literaria [...].
La colección Universal es la más rica, variada y numerosa de las varias bibliotecas que da
a luz la casa Calpe, y por su índole popular, de divulgación, tanto como por su baratura,
es una digna continuadora de aquella Biblioteca Universal que inició al gran público en
el conocimiento de los mejores autores clásicos y modernos. Sólo que ésta de Calpe ofrece
mayor modernidad en su espíritu y su factura, presentando un tipo de libro manuable, li-
gero, elegante y de impresión clara y cuidadosísima, que aventaja en mucho a su precur-
sora.
La colección Universal, desde su aparición, en julio de 1919 [...], viene publicando veinte
números de unas cien páginas cada mes, a cincuenta céntimos número [...]. Así ha dado
al público en esos 16 meses la enorme suma de 320 números, que componen 134 obras
completas. [...]
La editorial cuenta con un cuerpo de excelentes traductores, que dan a los libros extran-
jeros puestos en castellano la impresión de ser originales, y con escritores expertos que
han revisado, depurado y anotado las obras clásicas de la colección.
Se extiende Deleito y Piñuela en la descripción de los autores y títulos publicados en la
colección Universal. Casi al final de su reseña menciona a Machado: «De nuestros poetas
modernos sólo figura hasta ahora Antonio Machado, con Soledades, galerías y otros poe-
* Artículo publicado originalmente en Ínsula, 622, octubre 1988, pp. 26-27, en el número mono-
gráfico «Austral: un capítulo en la historia de la cultura».
Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado, 1999
1
mas.» El librito de Antonio Machado fue, pues, de los primeros en aparecer en la colec-
ción, con el número 27, y se vendía al precio de 30 céntimos (85 páginas). Hacia 1920 se
haría una nueva edición del libro, con los mismos datos en portada y el mismo contenido,
pero impreso en los Talleres Calpe (93 páginas), y con el precio de 50 céntimos.1
La colección Universal se prolongaría hasta los años de la República, pero antes los herma-
nos Machado publicarían otro tomo en la misma colección (entonces ya de la empresa Es-
pasa-Calpe): la tragicomedia Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel (1928, no 1.046-
1.047; publicada ahora en la colección Austral, junto con Juan de Mañara, en edición de
Dámaso Chicharro Chamorro).
Antonio Machado publicó en Espasa-Calpe tres de sus cuatro ediciones de Poesías comple-
tas: la segunda edición en 1928, la tercera en 1933 y la cuarta —y última en vida de Anto-
nio Machado— en abril de 1936. Poco después de esta cuarta edición —y poco antes de
estallar la guerra— apareció también en libro en la misma editorial Juan de Mairena. Por
último, ya en plena guerra civil, en 1937 publicó en la editorial el libro La guerra (1936-
1937), con dibujos de José Machado.
Las ediciones de Poesías completas de Espasa-Calpe mantuvieron el diseño tipográfico esta-
blecido por Juan Ramón Jiménez en la primera edición del libro publicada por la Residen-
cia de Estudiantes en 1917, es decir, títulos de las poesías en versalitas y entre paréntesis,
etc. Es de destacar la elegante tipografía de estas ediciones de Poesías completas. La cuarta
edición, de 1936, además de ser la editio prínceps para las poesías completas de Machado,
destaca por su cuidada publicación: sólo 23 erratas evidentes he contado en esta edición,
porcentaje bajísimo que creo no ha sido mejorado por ninguna otra edición posterior de
este libro. Baste la comparación con las 53 erratas de las Poesías completas (1936) de la
edición de Macrì (1988)2 que es, no obstante, una de las ediciones de las Poesías completas
mejor corregidas tipográficamente y con menos erratas entre las publicadas en España des-
pués de la guerra (hay una edición de las Poesías completas, no voy a mencionar cuál, pero
de 1982, en la que conté la friolera de 126 erratas —alguna de tanto bulto como faltar
versos enteros—, además de otras tantas correcciones del editor, buena parte de ellas por lo
menos discutibles). Ya dijo Machado, en carta a Juan José Domenchina, que si las erratas
son la salsa de los libros, en poesía habría que servir la salsa aparte. Recomendación que
parece no va con los editores españoles.
1
Una exhaustiva descripción bibliográfica de los libros de Antonio Machado puede verse en
Jordi Doménech, «Ediciones de Antonio Machado (1903-1938)», Abel Martín. Revista de estudios
sobre Antonio Machado
2
Antonio Machado, Poesías completas, edición crítica de Oreste Macrì con la colaboración de
Gaetano Chiappini, Madrid, Espasa-Calpe / Fundación Antonio Machado, 1988.
2
Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado, 1999
En torno a Poesías completas
Después de este excursus entre bibliográfico y pintoresco, vamos a las Poesías completas de
Antonio Machado (de 1917, 1928, 1933 y 1936). Lo primero que hay que decir de las Po-
esías completas es que es un libro con entidad propia, y como tal hay que considerarlo, y no
como una mera recopilación de libros publicados anteriormente, por más que los títulos de
algunas secciones en las que se divide el volumen coincidan con los títulos de libros suyos
anteriores. Esto parece tan obvio que incluso da vergüenza decirlo.
Lo segundo que llama la atención es el propio título: Poesías completas; título abstracto y
aparentemente anodino, pero que sin embargo dice mucho sobre el libro y sobre las inten-
ciones poéticas de Machado en 1917. Hoy en día estamos acostumbrados a que alguien,
incluso aún joven, reúna en un tomo sus obras completas. Pero que alguien, en 1917, a sus
apenas 42 años de edad, publicara un tomo de Poesías completas, era algo insólito. He revi-
sado la bibliografía entre 1900 y 1917 y no he hallado un caso similar. La conclusión que
se deriva de aquí cae por su propio peso: de algún modo, con sus Poesías completas Antonio
Machado dio carpetazo a su actividad poética. Esta conclusión es coherente con el fracaso
de su proyectado libro Tierras de España y con el complejo devenir de Machado en los difí-
ciles años que van de 1912 a 1917.3
Una confusión de la crítica machadiana, que ya parece crónica, es tomar como ediciones
«definitivas» de los libros de Machado las correspondientes secciones homónimas de las
Poesías completas (1936). Desde Soledades. Galerías. Otros poemas (1907) a Nuevas cancio-
nes (1924), pasando por Campos de Castilla (1912), tradicionalmente los editores de Ma-
chado no publican estos libros tal como aparecieron, sino las secciones homónimas de Po-
esías completas (1936). Recientemente, Geoffrey Ribbans, por ejemplo, en su por otra par-
te excelente edición de Campos de Castilla,4 aunque ha tenido el buen criterio de rotular el
libro Campos de Castilla (1907-1917) —señalando así de entrada que lo que se publica es la
sección «Campos de Castilla» de PC4, cosa que no han tenido la amabilidad de indicar has-
ta ahora los editores de los libros de Machado—, afirma sin embargo que no discrepa con
el juicio que considera la sección «Campos de Castilla» de PC4 como el «texto definitivo»
de este libro. Francamente, creo que sería muy difícil fundamentar ese tipo de considera-
ciones. Para empezar, no recuerdo que Antonio Machado afirmara nada en este sentido.
Podrá parecer obvio, pero salvo en el caso de que Antonio Machado hubiera dicho otra
cosa, en principio no hay más «texto definitivo» de Campos de Castilla, como tal libro, que
el de la edición de 1912; ni de Nuevas canciones que el de 1924, etc., etc. Otra cosa son las
3
Véase Jordi Doménech, «Sobre la publicación de Campos de Castilla», Ínsula, 594, junio 1996,
y «Más sobre Tierras de España, de Antonio Machado», Ínsula, 606, junio 1997. Cf. también mi
artículo en preparación, «Poesías completas (1917) de Antonio Machado: cementerio de proyec-
tos», en el que paso revista a la historia de la publicación de aquel libro y a los críticos años de
1912-1917.
4
Antonio Machado, Campos de Castilla (1907-1917), edición de Geoffrey Ribbans, Madrid, Cáte-
dra, 1997.
Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado, 1999
3
exigencias editoriales que, evidentemente, no pueden publicar la menguada edición de
1912 de Campos de Castilla (que daría poco más de 68 páginas si se publicara en formato
de edición corriente). Pero ese inconveniente tiene otras soluciones que las de tomar el
rábano por las hojas.
Todas estas cuestiones podrán parecerles a más de uno nada más que sutilezas filológicas,
pero todavía en 1982 Antonio Fernández Ferrer5 reseñaba casi como primicia, como quien
ha descubierto la Luna, el contenido exacto de la edición de 1912 de Campos de Castilla:
sólo 18 poesías, y no las 56 poesías de la sección de 1936 a las que estaba habituado el
lector del libro de Machado; y si Fernández Ferrer dedicaba buen número de páginas a des-
cribir el contenido del libro de 1912 es porque la mayor parte de lectores ignoraba dicho
contenido, y si lo ignoraba es gracias a la ausencia de «sutilezas filológicas» con que se han
venido publicando incluso las obras de nuestros clásicos.
La edición de Austral
En su edición de las Poesías completas publicadas en la colección Austral,6 Manuel Alvar ha
tenido el acierto de seguir la edición de Macrì. Ya se ha dicho que la de Macrì es, por lo
que toca a erratas, una de las ediciones más limpias de las Poesías completas de Machado, y
Manuel Alvar ha corregido en la suya los escasos gazapos que deslucían aquélla (aun así, se
ha deslizado alguna errata de la edición de Macrì, como en la CLXI xcvii, «Cuida de que no
se entere / la cucaña seca / de tus ojos verdes», en lugar de «de tus hojas verdes»). Ahora
bien, la edición de Austral mejora infinitamente las publicadas anteriormente en la misma
colección, e incluso la de Macrì, y es, hasta donde he podido comprobar, la más fidedigna
con que cuenta el lector de Machado, cosa que sin duda es de agradecer en una edición
destinada a la más amplia difusión.
La parte más floja de la edición de Austral es la de las tradicionalmente mal llamadas «poes-
ías sueltas», es decir, de las no recogidas en PC4. Manuel Alvar sigue aquí también la edi-
ción de Macrì, aunque reordenando el conjunto. Mala guía ha seguido el editor en esa par-
te. La sección de poesías dispersas de Macrì es ciertamente confusa y hasta caótica en mu-
chos lugares, quizá debido al hecho de que Macrì no vio los originales donde se publicaron
esas poesías (revistas, periódicos...), tomándolas de republicaciones posteriores de otros
críticos y editores, con todos los problemas que ello conlleva. Para rematarlo siguió el cri-
terio, desacertado, de dar prioridad a lo recogido en el cuaderno de «Los complementarios»
sobre lo publicado en revistas, olvidándose de que aquel cuaderno es un simple borrador, y
con el resultado de desmembrar algunas interesantes series de poesías (como las publicadas
5
Antonio Fernández Ferrer, Campos de Castilla. Antonio Machado, Barcelona, Laia, 1982, Guías
Laia de literatura.
6
Antonio Machado, Poesías completas, edición Manuel Alvar, Madrid, Espasa-Calpe, 1997, Co-
lección Austral, 33.
4
Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado, 1999
en Los Lunes de El Imparcial o la revista Alfar), de las que Macrì da la versión del cuaderno
de apuntes, y no la serie efectivamente publicada, que además queda huérfana.
Mayor problema ofrecen las poesías de la guerra, muchas de ellas republicadas fuera de
España después de la muerte de Machado con notables enmiendas, y ésas son las versiones
que desafortunadamente tomó Macrì para su edición. V.gr.: la poesía «A Rusia», publicada
en Liberación, 20 diciembre 1937, cambió su título por «Voz de España. A los intelectuales
de la Rusia soviética» en una Antología de guerra publicada en La Habana, en 1944, de don-
de la tomó Aurora de Albornoz y de ella todos los editores posteriores; la poesía titulada
«Canción» y publicada en Madrid. Cuadernos de la Casa de la Cultura, mayo 1938, nunca
llevó título más que en la versión de Romance, México, 1940; la famosa poesía «El crimen
fue en Granada», entre los muchos periódicos donde fue publicada, Macrì tuvo la mala
fortuna de tomarla de la edición de Emilio Prados, único lugar donde figura con una la-
mentable errata, en el v. 32: «Se le vio caminar...», en vez de «Se les vio caminar...»; «Medi-
tación del día», publicada en el libro de Antonio Machado La guerra, no es título de la po-
esía, sino del texto en prosa que la poesía encabeza; etc., etc.
Completa el libro de Poesías completas de la colección Austral un interesante «Apéndice» a
cargo de la profesora María Pilar Celma, que incluye una sección de «Documentación com-
plementaria», una cronología y un «Taller de lectura». María Pilar Celma ha tenido el acier-
to de abrir la documentación complementaria con la sublime e impresionante semblanza
de Machado que escribió Juan Ramón Jiménez, sin exageración la mejor página escrita en
castellano en ese siglo.
En apretada conclusión, el lector tiene en sus manos una edición del libro Poesías comple-
tas (1936) de Antonio Machado notablemente fidedigna, muy cercana a un facsímil de la
cuarta edición, que no es poca cosa, con un útil «Apéndice», y una sección de poesías dis-
persas que esperan aún pacientemente su editor.
Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado
Fecha de publicación: 1999
URL del documento: http://www.abelmartin.com/critica/domenech_EC.html
Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado, 1999
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